Marketing: dícese del conjunto de técnicas que, a través de estudios de mercado, intentan lograr el máximo beneficio en la venta de un producto. Esto es, mediante el marketing se pretende saber a qué tipo de público le interesa tu producto y cuál es la mejor manera de venderlo y ofrecerlo a dicho público.
No, no me he equivocado de blog. Sé que aquí hablamos de libros, de lecturas y de todo lo que gira alrededor del fascinante mundo de los libros pero ¿acaso no hay marketing en las editoriales? ¿Son eficientes las técnicas de venta que utilizan? ¿Cómo siente el lector de a pie la publicidad, a veces agresivo, que llevan a cabo las editoriales? Sinceramente casi nunca me había parado a pensar en las preguntas antes formuladas pero varios comentarios vuestros en la reseña de Y entonces sucedió algo maravilloso de Sonia Laredo, mi propia experiencia como lectora y blogger y que, últimamente, voy teniendo más conocimientos sobre marketing, han sido razones más que suficientes para que me plantease escribir este post.
¿Empezamos? Veréis, siempre se ha dicho que el marketing ha de ser sutil ya que debe notarse poco para que así el usuario lo sienta como algo normal, algo no molesto. Variedades y formas de vender hay muchas y cada día el marketing se reinventa al contar con unos usuarios cada vez más exigentes. Y aunque este haya de ser sutil, no puede dejar nada al azar o a la improvisación y tiene en cuenta aspectos tan dispares como el olor de una tienda o la disposición de los productos en ella.
Pero, ¿qué ocurre con el marketing editorial? ¿Cómo hacen para vender un libro? ¿Son efectivas sus campañas? Nosotros los bloggers tenemos la gran suerte de ser los primeros en enterarnos y disfrutar de algunas de las novedades editoriales más apetitosas y precisamente ahí es donde encuentro dos ejemplos para ilustrar este artículo.
Dos libros, dos editoriales y dos percepciones distintas de lo que es una campaña de este tipo en internet enfocada a los bloggers literarios. La vertiente más agradable está en la última iniciativa literaria en la que he participado: la I Maratón Online organizada por la editorial Destino. En esta ocasión, el plan era leer, en unas fechas determinadas, el libro de Y entonces sucedió algo maravilloso de Sonia Laredo y compartir activamente cada momento de la lectura así como las primeras impresiones. De esta manera nos invitaban a participar en una buena iniciativa mientras hacíamos lo que más nos gusta: leer. Aquí podéis ver un post que hicieron desde la editorial dando voz a todos los blogs que participamos en la Maratón.
Sin embargo, el otro ejemplo del que os quiero hablar terminó con mis ganas de leer el libro primero y después la trilogía ya que no había lugar en internet sobre libros en los que no estuviesen estas novelas. Os hablo de Las cincuenta sombras de Grey.
Cuando recibí la opción de leer el libro no tenía ni idea de la temática y todavía no había estallado el boom de la novela erótica. Así pues, seguí la misma pauta que suelo utilizar cuando me encuentro con emails de este tipo. Primero me dediqué a buscar información acerca de la novela y luego intenté averiguar qué pensaban los otros lectores sobre el libro. Sin embargo, apenas había información al respecto pero, como la temática del libro no terminaba de llenarme, decidí declinar la invitación a leer el libro.
Poco tiempo después comenzaron a salir muchísimas reseñas sobre el libro, y posteriormente sobre la trilogía. ¿Conclusión? Cincuenta sombras de Grey estaba por todos los lados. Blog que abrías, blog que hablaba sobre el libro. ¿Qué efecto tuvo eso en mi? Pues sinceramente, me dio la impresión de que esa campaña enfocada a los bloggers, salieron un montón de reseñas en casi todos los blogs que sigo habitualmente, y el posterior exceso de información en las librerías o en las redes sociales sobre la trilogía hizo que empezase a estar cansada del libro. Esa forma de hacer publicidad conmigo no funcionó.
Creo que es patente la diferencia de las dos acciones: de un exceso de información se pasa a buscar despertar sensaciones en el lector y animar a este a compartirlas. No quiero entrar a valorar cuál estrategia es mejor o peor porque en eso entran muchas variantes que desconozco pero lo que está claro es que hay que buscar la diferenciación y aportar un plus a lo que ofreces.
Como ya sabéis, sobra decir que no tenéis por qué estar de acuerdo con mi opinión ya que no es más que una percepción personal pero, sinceramente, espero conocer vuestro punto de vista o si alguna vez os ha pasado algo parecido. ¡Se abre el debate!
19 Comments
La verdad es que a mí no me interesa mucho el marketing a los libros. Si quiero leer alguno, lo hago pese a que me estén bombardeando de información. Lo que sí me molesta, y lo reconozco, es la amplitud de la tribuna otorgada a títulos que quizá no la merecen, como es el caso de Grey. Yo lo leí, y admito que me mantuvo muy enganchado, sin embargo, en el mar de publicidad a veces se pierden títulos maravillosos que, lamentablemente, pasan desapercibidos.
Estoy de acuerdo contigo. A veces todos miramos hacia la misma dirección y pasan desapercibidos otros muchos títulos altamente interesantes..Una pena, la verdad
¡Hola a todos! Me han gustado mucho todos vuestros comentarios especialmente porque habéis venido a completar el artículo. Yo me he explicado solo desde la parte de bloguera dejando atrás la visión como simple lectora que habéis complementando perfectamente con vuestras opiniones. Gracias por participar activamente 🙂
Se dice muchas veces aquello de «menos es más», y creo que en determinados casos puede funcionar, pero claro, aquí se valora el beneficio, como bien has señalado al comienzo de tu entrada. Yo soy uno de esos lectores que, casi por inercia, aborrece cualquier novedad que publiciten en exceso. Pero claro, por cada lector que rechaza dicha novedad, ¿cuántos ejemplares han vendido a otros que se han dejado seducir? En el caso de la trilogía de E. L. James, el marketing ha funcionado a la perfección. Al final ya ni siquiera importaba el debate sobre la calidad del contenido, pues todo quedó ensombrecido por los elevados números en ventas. Me da rabia cuando se habla de «fenómeno editorial» por ejemplares vendidos y no por la maestría del escritor. En cualquier caso, de una u otra manera, el marketing funciona en muchos casos, aunque claro, en estas lides somos ya perros viejos y tenemos criterios para hacer una primera criba que nos lleve por el buen camino.
¡Besos!
En mi opinión el sector de los libros es, en este aspecto, como cualquier otro, y cada empresa -editorial- puede montar sus propias estrategias. Sin embargo, para aquellos que leemos mucho, cuando leemos un libro confiando en todo el marketing que hemos sufrido a priori y nos decepciona, empezamos a desarrollar una especie de alergia a las novedades editoriales con grandes campañas de marketing, y esto puede llegar a ser contraproducente. Conclusión: solo deberían hacer un gran marketing de los grandes libros. Difícil pero mil veces más eficiente.
Buen post y buen blog.
Yo más me guío por mis gustos, por ejemplo, pese a que vi las Cincuenta Sombras por todos los lados, no me llamaba y no he leído ningún libro. El argumento de Algo maravilloso me atrae mucho más, me gustaría leerlo, pero es cierto que hubo bastante saturación en los blogs, sobre todo porque en la mayoría se copió la nota de la editorial, por lo tanto, una vez leído un blog, no tenía sentido seguir leyendo. En fin, imagino que sirvió para mejorar el SEO.
De todas formas, sí creo que las campañas de las editoriales son muy efectivas, ya que es muy difícil que repares en un libro si no tienes información sobre él o una si no está privilegiadamente situado en la librería.
¡Un abrazo!
La saturación fue la misma. Yo recibí el libro de Grey, no me gustó y no lo reseñé pero reconozco que hubo, sí, cierta saturación. Con el otro título, más de lo mismo con el agravante de la entrada idéntica el mismo día en todos los blogs, que resultó algo molesta. Solo veo una diferencia: en el primer caso les funcionó, en el segundo tengo mis dudas.
Pero esta es mi opinión, Marina, solo mi humilde opinión.
Besos,
Me temo que yo también estoy de acuerdo con los últimos comentarios. No veo tanta diferencia en las dos estrategias de marketing. Hubo saturación en las dos. Tal vez la de Destino estuvo mejor llevada porque os propusieron algo novedoso, pero acabé viendo el libro por todos los blogs. Y que conste que no me quejo, que me habéis convencido totalmente y lo quiero leer, pero creo que también hubo un exceso.
Un beso!!
Yo estoy de acuerdo con Margari; no creo que la estrategia seguida por Destino haya sido menos cansina que la seguida para publicitar Cincuenta sombras. Si no resulta agradable leer de forma consecutiva reseñas sobre un mismo libro, tampoco tiene demasiado interés leer una serie de entradas publicadas el mismo día que son un copy&paste del material elaborado por la propia editorial. Pero, bueno, esta es sólo una opinión, mi humilde opinión. Un abrazo,
A mí me resultaron cansina ambas formas de publicidad. Terminé saturada de ambos libros. Pero mientras en general funcione, va a ser el marketing que utilicen las editoriales. Y es comprensible.
Besotes!!!
Yo no veo mucha diferencia entre los ejemplos de campañas que has mencionado. En ambas piqué, he leído la trilogía y el de Destino, pero ambos jugaron a lo mismo. Sí, vale, Destino organizó un maratón, pero previamente durante días no se veía otra cosa que no fuera que estuviesemos preparados porque iba a suceder algo maravilloso…Luego vinieron las reseñas….La saturación fue la misma. Al menos para mí. Un besote!
Todo lo que sea un exceso de información satura. Creo que la clave está en generar un boca a boca «cuasi-espontáneo», los que participaron de la maratón compartían de forma agradable, una vez concluida, no siguió la maquinaría de dar publicidad a diestro y siniestro. En algún momento hay que dejarlo solo, darlo a conocer, bien, machacar, no. Muy buen debate el planteado Marina. Besos
A mi las dos campañas a las que te refieres me produjeron el mismo efecto: rechazar el libro. No me gusta que me metan algo por los ojos. Las sombras de Grey creo que han demostrado que tienen poca calidad, pero aquí la publicidad sí hizo su efecto y ha sido éxito de ventas. No me gusta la novela erótica, así que por más que sea un éxito no lo voy a leer porque sé que no me va a gustar. Del otro libro me molestó el bombardeo que se hizo en los blogs anunciándolo, me saturó. Después de leer alguna reseña, creo que podría darle una oportunidad, pero muchísimo más adelante, cuando me olvide de la manía que le cogí.
Interesante reflexión, yo como concha me quedo y me llama una iniciativa original. Aunque el marketing machacón también funciona, que se lo digan a la trilogía de las sombras…
Besos
Yo apuesto por una campaña que sea sobre todo original, que tenga un plus adicional y que sea distinta. El marketing machacón me cansa un poco. Un beso.
Pues yo también suelo leer libros que me parece que me van a gustar o pueda disfrutar, si sé que no me va a llenar mucho, aunque lo vea por todos lados no voy a leerlo, está claro ;D
A mi me pasa igual que a Isi, me dejo llevar por mi instinto. Por mucho que un libro lo vea hasta en la sopa no significa que quiera comprarlo.
Besos!
Está claro que si una editorial mete mucho gasto en marketing los resultados en cuanto a visibilidad son evidentes y de ahí al super ventas… hay solo un pequeño paso. Yo leo muchas novedades para poder reseñar pero incluso antes de que sean visibles en el mercado, con lo que no suelo dejarme llevar por eso, pero soy consciente de que si un libro se ve, en primera línea de todas las librerías, se habla en radio y se ven entrevistas con el autor en prensa y televisión, y se hace presente en todos los blogs de libros … es dfícil no vender
Pues la verdad es que yo simplemente me dejo llevar por mi instinto. Si quiero leer un libro, pues lo leo, pero si no me llama, pese a verlo por todas partes, pues no lo leo.
Yo leí a Grey y también Algo maravilloso, y ambos libros me gustaron, pero a pesar de la de veces que he visto La reina descalza (por poner un ejemplo) en FB, blogs, librerías, etc., con ese no me animo. Pero no es por verlo mucho y cansarme de verlo, sino porque el libro en cuestión no me apetece.
Además, mucha gente comentaba de Algo maravilloso que también estaban un poco hartos de verlo por todas partes, así que supongo que depende de cada persona: a ti te pareció una iniciativa genial, pero para otros fue como lo de Grey.
En todo caso, opino que las campañas de márketing hacen mucho por promocionar y vender novelas, porque realmente si no conocemos la novela, pues no la vamos a comprar ¿no?